de Stefan Sweig -Tres espíritus creadores

miércoles, 26 de diciembre de 2007

ESTÉTICA DEL Modernismo

El surgimiento de una estética nueva:

A fines del siglo XIX, dos escuelas literarias reemplazan al Romanticismo y representan tendencias opuestas: el Realismo y el Naturalismo en la novela y en el teatro, y el Modernismo en la poesía.

El Modernismo es una escuela literaria de gran renovación estética. El canto de los poetas modernistas constituye la primera expresión de autonomía literaria de los países hispanoamericanos.

El modernismo se desarrolla entre los años 1880-1914. Esta escuela busca separarse de la burguesía y su materialismo, por medio de un arte refinado y estetizante.

Con respecto al lenguaje, el Modernismo reacciona contra el retorcismo, el descuido formal del Romanticismo y la “vulgaridad” del Realismo y del Naturalismo. Se nutre básicamente de dos movimientos líricos surgidos en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

Parnasianismo y Simbolismo:

El Parnasianismo es una escuela literaria que adhiere al “arte por al arte”. Según esta tendencia artística encabezada por Theóphile Gaurier, se desarrollaba una poesía de una confección perfecta, separada de la realidad, y que reaccionaba contra los poetas sociales y el hombre burgués. Los escritores buscaban la perfección a través de una poesía descriptiva, basada principalmente en la temática grecolatina.

El Simbolismo es una corriente literaria subjetiva, que concibe el mundo como una trama misteriosa que presenta correspondencias entre los objetos que lo forman.

Para sus representantes, la misión del poeta es sugerir esas alianzas por las que un objeto evoca a otro, con un lenguaje imaginativo lleno de símbolos (figura del discurso que representa un objeto abstracto mediante la mención de un objeto concreto, ej.: el cisne, símbolo de los modernistas, significa la belleza).

Los simbolistas dan al verso efectos musicales y aportan nuevas métricas que conjugan el ritmo, el color y la plasticidad.

Influido por las elaboraciones plásticas de los parnasianos y por las visiones musicales de los simbolistas, el Modernismo realiza su original trabajo artístico con la palabra buscando “la armonía verbal” del verso.

Desarrollo del Modernismo:

En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos: v Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua, principalmente en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al modelo español. v Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica. v Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.

Las etapas:

De acuerdo con su temática y, a través de ella, y la manera en que el artista “mira” el mundo, se diferencian dos etapas en el desarrollo del Modernismo:

ü Etapa Preciosista: Predominan los temas exóticos y símbolos de la antigüedad. El arte no ejerce un compromiso con la realidad sino que se relaciona con una estética de evasión, se eligen los paisajes versallescos y las innovaciones de la poesía francesa. Está representada por Prosas Profanas. ü Etapa mundonovista: Se valorizan las raíces hispánicas de América y aparece el interés por los temas sociales y políticos de la época. Está representada por el Darío de Cantos de vida y esperanza, por Santos Chocano y el Lugones de Odas seculares.

Características del Modernismo:

Se pueden establecer los siguientes rasgos del Modernismo:

¨ Amplia libertad creadora.

¨ Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad.

¨ Perfección formal.

¨ Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la realidad cotidiana ¨ Actitud abierta hacia todo lo nuevo.

¨ Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la música, la escultura).

¨ Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc.

¨ Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones que causan las cosas y no las cosas mismas).

¨ Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados por el uso; inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente; simplificación de la sintaxis; aprovechamiento de las imágenes visuales; etc.

¨ Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se prefirieron la versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica, que dio a la silva variedades desconocidas.

Significación del Modernismo:

“Modernismo” es la palabra tomada de los simbolistas y elegida por Darío para designar la fructífera tendencia.

Se ha dicho que el Modernismo representa la inquietud de una época: el final del siglo XIX, el cambio histórico que se refleja en el arte, la religión. Pero el Modernismo literario, más allá de ese contexto cierto, aportará un cambio definitivo en el manejo expresivo del idioma.

Se ha señalado que el Modernismo concreta el sueño de los escritores románticos: diseñar un lenguaje típicamente latinoamericano, reconocido por los mismos españoles.

A veces defendido y otras combatido, el Modernismo es la base sobre la que se desarrollará la literatura hispanoamericana del siglo XIX.

JOSÉ MARTÍ

Nació en La Habana, Cuba, en 1853. Su vida estuvo signada por la temprana y constante lucha por la libertad de su patria y los valores morales. Sufrió castigos y destierros, por lo que vivió en España y viajó a Europa. Residió temporariamente en países de América latina y se radicó después en USA, donde continuó su trabajo por la resistencia.

Murió combatiendo por su amada isla, en 1895.

A su vida generosa y heroica suma el mérito de ser uno de los

escritores más grandes del continente. Crea un estilo nuevo e inicia, junto con otros, esa voluntad de renovación e independencia verbal que es el Modernismo.

Su estética se basa sobre la creencia en un arte bienhechor. El artista debe ser útil a los hombres. El arte es concebido como un instrumento que puede expresar las emociones humanas y mejorar la sociedad.

Martí escribe porque cree que la escritura es el mejor puñal. Ese puñal que es su verso deviene en flor: posee la fuerza de transmitir lo inefable del alma y las aspiraciones y sentimientos del hombre americano.

Su estilo sencillo: Su escritura es fragmentaria, a causa de su azarosa existencia. En vida, casi no publicó. Sus obras de crítica aparecieron en periódicos (La Nación).

JOSÉ MARTÍ

Martí fue un escritor muy original, pero sin rebuscamientos ni excentricidad. En toda su prosa las ideas tienen vigor y dinamismo. Aparece una abundancia de ritmos, reforzada por brillantes metáforas, riqueza de vocabulario, y diversidad de recursos de estilo.

La obra poética: Sus libros de poesía son: Ismaelillo (dedicado a su hijo, que presenta imágenes reveladoras de una nueva sensibilidad), Versos sencillos, Versos libres, Flores del destierro y otros poemas aparecidos en la revista La edad de oro, que él fundó.

La poesía de Martí está llena de gracia y armonía visual y sonora. En el prólogo a Versos sencillos anuncia: “Amo la sencillez y creo la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sencillas”.

La niña de

Guatemala

Quiero, a la sombra de un álamo,

contar este cuento flor:

la niña de Guatemala,

la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,

Y las orlas de reseda

y de jazmín; la enterramos

en una caja de seda.

Ella dio al desmemoriado

una almohadilla de olor;

él volvió, volvió casado,

ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas

obispos y embajadores;

de tras iba el pueblo en tandas,

todo cargado de flores.

Ella, por volverlo a ver,

salió a verlo al mirador;

el volvió con su mujer,

Como de bronce candente

al beso de despedida,

era su frente: ¡la frente

que más he amado en mi vida!

Se entró de tarde en el río,

la sacó muerta el doctor;

dicen que murió de frío;

yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,

la pusieron en dos bancos;

Besé su mano afilada,

besé sus zapatos blancos.

Callado al oscurecer,

me llamó el enterrador;

¡nunca más he vuelto a ver

a la que murió de amor!

ella se murió de amor.

José Martí (en Versos sencillos).




Rubén Darío

Nació en Metapa, Nicaragua, en el año 1867. Su verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento.

Fue periodista y diplomático. Hasta 1898 vivió, publicó y actuó en Chile, Centroamérica y la Argentina. En 1898 viajó a España, y vivió en Francia y otros países de Europa.

Murió en León, Nicaragua, en 1916.

Escribió prosa y poesía. Entre toda su producción se destacan tres

obras que ayudan a comprender la evolución del Modernismo: Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza. Los raros, en prosa, y El Canto Errante son otras de sus obras.

Tres Obras:

v Azul (1888): fue su primera obra importante. Publicada en Valparaíso, está constituida por relatos breves y algunos poemas. Significó para su autor el reconocimiento en América y en España. Sus rasgos son: sensualidad, erotismo y musicalidad. En los sonetos que cierran la obra, Darío revela sus preferencias y su cosmopolitismo. v Prosas profanas: fue publicado en Buenos Aires, en 1896. Las variaciones temáticas y las audacias métricas, son tantas que provocaron en América y en España grandes polémicas. Predomina el tema erótico, envuelto en un arte cromático y perfecto. v Cantos de vida y esperanza (1903): Los temas del libro son, entre otros: el paso del tiempo, la misión del poeta, la búsqueda de la fe, la preocupación por el futuro de América, etc. El libro termina con una expresión de temor y duda sobre el misterio de la vida. De contenido diferente, este volumen presenta el mismo cuidado formal y la notable variedad de metros y riqueza de lenguaje que caracterizan al gran poeta.

Sinfonía en gris mayor

El mar como un vasto cristal azogado,

refleja la lámina de un cielo de zinc;

lejanas bandadas de pájaros manchan

el fondo bruñido de pálido gris.

El sol como un vidrio redondo y opaco,

con paso de enfermo camina al cenit;

el viento marino descansa en la sombra

teniendo de almohada su negro clarín.

Las ondas que mueven su vientre de plomo,

debajo del muelle parecen gemir.

Sentado en un cable, fumando su pipa,

está un marinero pensando en las playas

de un vago, lejano, brumoso país.

Es viejo ese lobo. Tostaron su cara

los rayos de fuego del sol de Brasil;

los recios tifones del mar de la China

lo han visto bebiendo su frasco de gin.

La espuma impregnada de yodo y salitre,

ha tiempo conoce su roja nariz,

sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta,

su gorra de lona, su blusa de dril.

En medio del humo que forma el tabaco,

ve el viejo el lejano, brumoso país,

adonde una tarde caliente y dorada,

tendidas las velas, partió el bergantín.

La siesta del trópico. El lobo se aduerme.

Ya todo lo envuelve la gama del gris.

Parece que un suave y enorme esfumino

del curvo horizonte borrara el confín.

La siesta del trópico. La vieja cigarra

Ensaya su ronca guitarra senil,

y el grillo preludia un solo monótono

en la única cuerda que está en su violín.

Rubén Darío (en Prosas profanas).

Leopoldo Lugones

Nació en Villa María del Río Seco, provincia de Córdoba, en 1874. Fue periodista y director de la Biblioteca Nacional de Maestros, dependiente del Consejo Nacional de Educación.

Gran renovador de la poesía argentina de comienzos del siglo XX, ha influido en las vanguardias posteriores. Se le concedió el primer Premio Nacional de Literatura. Se suicidó en 1938.

La crítica ha clasificado la obra de Lugones en tres grandes etapas.

Ø Primera etapa: en 1897 publica su primer libro, Las montañas del oro. Es una obra con reminiscencias románticas; en la que el joven poeta socialista denuncia un mundo en caos y de pesadilla, a través de imágenes y metáforas espectaculares, y un vocabulario altisonante, en tono de profeta. En 1905 aparece Los crepúsculos del jardín, tiene un tono apacible y reposado. Se destacan la precisión del lenguaje y el trabajo cuidadoso de la forma. Prevalece una sensualidad que tiñe el paisaje y el amor con un clima de gracia sutil, a través de imágenes coloridas y musicales, al modo de los simbolistas. Otras obras: La guerra gaucha, La fuerzas extrañas, El payador, Cuentos fatales y El ángel de la sombra.

Ø Segunda etapa: En adhesión al centenario de la libertad argentina, Lugones compone en 1910 Las odas seculares, es una obra de temática argentina, en la que se unen el uso de los recursos modernistas con la originalidad lugoniana. El libro fiel está dedicado a su mujer. Escrito en gran variedad de metros, es un homenaje al amor conyugal, de tono intimista, que alude también al tema de la muerte. Esta etapa se completa con El libro de los paisajes, en él continúa la temática argentina iniciada en Las odas seculares.

Ø Tercera etapa: está representada por obras con ecos de la tierra natal, de las tradiciones de los antepasados, de donde se exaltan valores criollos colectivos como el coraje, el amor y la fe. Se inicia con: Las oras doradas, Romances solariegos y Romances de Río Seco, en el que es centro geográfico y poético el pueblo natal. Lugones recrea el patrimonio simbolista-modernista para renovar toda la poesía continental.

Salmo pluvial

Tormenta

Érase una caverna de agua sombría el cielo;

El trueno, a la distancia, rodaba su peñón.

Y una remota brisa de conturbado vuelo

Se acidulaba en tenue frescura de limón.

Como caliente polen exhaló el campo seco

Un relente de trébol lo empezó a llover.

Bajo la lenta sombra, colgada en denso fleco.

Se vio al cardal con vívidos azules florecer.

Una fulmínea verga rompió el aire al soslayo;

Sobre la tierra atónita cruzó un pavor mortal;

Y el firmamento entero se derrumbó en un rayo;

Como un inmenso techo de hierro y de cristal.

Lluvia

Y un mimbreral vibrante fue el chubasco resuelto

Que plantaba sus líquidas varillas al trasluz,

O en pajonales de agua se espesaba revuelto,

Descerrajando al paso su pródigo arcabuz.

Saltó la alegre lluvia por taludes y cauces;

Descolgó del tejado sonoro caracol;

Y luego, allá a lo lejos, se desnudó en los sauces, Transparente y dorada bajo un rayo de sol.

Calma

Delicia de los árboles que abrevó al aguacero.

Delicia de los gárrulos raudales en desliz.

Cristalina delicia del trino del jilguero.

Delicia serenísima de la tarde feliz.

Plenitud

El cerro azul estaba fragante de romero,

Y en los profundos campos silbaba la perdiz.

Leopoldo Lugones (en El libro de los paisajes).

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