Octavio Paz es, ante todo, un autor muy exigente. A pesar de que escribe mucho, también corrige mucho. No se da por satisfecho cuando termina un libro; hay libros que se publican varias veces, retocados, añadidos, incluso con el mismo nombre y un contenido sustancialmente diferente. De ahí que resulte difícil clasificar su obra.
Lo que le diferencia de muchos contemporáneos suyos es su carácter eminentemente ensayista. Sus ensayos tienen una temática amplia: política, cultura (conoce culturas orientales, ha hecho traducciones de los mejores clásicos chinos en poesía, y tiene una visión global del mundo, de la cultura desde el Romanticismo). Domina la prosa ensayística como nadie: no sólo es un hombre con ideas, sino que sabe expresarlas de foma muy inteligible y profunda. Sin duda, Octavio Paz puede ser situado a medio camino entre el ensayista y el filósofo.
Nace en 1914 en Méjico. En la época de su infancia está ya comenzando la Vanguardia en América (Borges, Vallejo, Pablo Neruda comienzan ya su trayectorias poéticas. Octavio Paz pertenece, por tanto, a la generación posterior (a la segunda generación vanguardista, en la que también se inserta Nicanor Parra), ya que empezará a escribir fundamentalmente entre los años 35 y 49.
Octavio Paz se forma en los planteamientos del llamado "grupo de los contemporáneos", de Méjico (grupo que se sitúa entre la primera y la segunda generación vanguardista), los cuales, si bien siguen en alguna forma la Vanguardia, rechazan en alguna medida las estridencias de la primera generación, y quieren retornar a una concepción más clásica de la poesía. Como decimos, Octavio Paz se forma en estos planteamientos, si bien de una manera diferente, ya que manifiesta una innegable adhesión al surrealismo. Tengamos en cuenta que el surrealismo no es una vanguardia propiamente dicha, lo que le diferencia por tanto de los primeros autores de vanguardia.
Los modos poéticos de Paz se han comparado con los modos musicales: tiene que ver con la profunda y cuidada elaboración y estructuración de sus poemas. Observamos una voluntad estilística que se manifiesta, sobre todo, en la estructura. Por otro lado, hay en él una faz cambiante que despista de esa estructura férrea.
El modo poético sería esa relación que existe entre las palabras y el efecto cambiante que tiene el cambio de modo, al igual que ocurre en la música. El modo es, así, un sistema cerrado que a la vez es flexible en manos del poeta.
Hoy, podemos observar un paradigma subyacente a los modos poéticos de Octavio Paz: el concepto de trascendencia que tiene como base la idea del sufrimiento, que es una constante en su poesía, sea el tema que sea.
Escribe como un poeta visionario: piensa que es capaz de ver cosas que otros no ven. Además, en él es difícil deslindar la experiencia creadora de la religioso. Se busca, mediante la creación el sentido de la vida y de la existencia.
Esta experiencia trascendental es posible también considerarla como respuesta del carácter estético (es una trascendencia mística, donde se une lo estético y lo trascendental).
En él, vamos a encontrar cuatro modos fundamentales no siempre separados:
- modo mítico: tiene tres maneras de presentarse: mitos mexicanos precolombinos, mitos tradicionales (generalmente posteriores) y mitos orientales (en concreto, de la India).
- Modo surrealista: la imagen, el doble.
- Modo semiótico: hay una serie de símbolos que hacen referencia al mundo de la comunicación entre emisor y receptor. Los más importantes son el instante (esto es, el tiempo); el mediodía; el espejo; la transparencia; la presencia-ausencia.
- Modos en armonía: el orden y el caos no sólo son algo cósmico, físico, sino también una forma más de plantear el sentido de la vida (el orden y el caos que habitan en uno mismo). Tienen dos manifestaciones: la pasión y la paradoja.
El modo mítico procede de algo presente en la literatura occidental a partir del XIX. Se origina en la quiebra del pensamiento idealista que da lugar a la vuelta al mito, tras el establecimiento de la clasificación de los estados de Comte y el positivismo.
Se explica muy bien el por qué de esta vuelta al mito en LOS HIJOS DEL LIMO, EL LABERINTO DE LA SOLEDAD, El ARCO Y LA LIRA.
Se parte de la misma línea que todos los escritores que se acogen al surrealismo: la paradoja de un mundo desarrollado que ha llegado a un punto en que se pierde toda conexión con esas soluciones que buscaba. La diferencia entre el hombre moderno y el antiguo residía en que el antiguo, cuando no encontraba respuestas, recurría al mito; en la sociedad moderna, se recurre a la rzón. Pero hay una quiebra desde finales del XIX de esa confianza en la razón y se retorna al mito.
En el nivel ideológico es importante el esfuerzo de siglo XVIII de destruir el sistema teológico creado por el cristianismo y se hace a través del deísmo de la Ilustración (un dios creador que deja al mundo evolucionar sin su intervención). En el XX afloran muchas concepciones que se vuelven a preocupar por el hombre y su sentido fuera de los planteamientos racionales.
Rachel Phillips dice que a pesar de todo, estas construcciones del XX nunca han tenido la firmeza y la convicción de las concepciones anteriores (los mitos precolombinas o la teoría cristiana).
Se plantea aquí el problema del sentido del la historia. Hay una visión india del cosmos por la cual, lo que ocurre es resultado de la primera manifestación de la divinidad, en una edad mítica. En el cristianismo, aparece la idea de historia porque no existe la idea del eterno retorno, sino que se trata de hechos concretos que llevan a un fin: desde la primera venida del Mesías hasta su retorno (el Apocalipsis).
En Octavio Paz se da una doble interpretación: tiene una visión cíclica de los modos precolombinos y grecorromanos, y manifestaciones de la tradición india. También se da la idea de la linealidad de la historia, desde su formación cristiana y occidental.
Su poesía da una impresión de búsqueda de un mito, búsqueda de un patrón de creencias por las que el poeta (y el Hombre) se pueda eternizar, pueda trascender la temporalidad y volver real la existencia.
Una vez que pierde la fe cristiana, en su adolescencia, para recuperar la seguridad en la trascendencia, tiene que volver a los mitos, concretamente a los de la tradición náhuetl )? Extrae significados simbólicos que aparecen bajo distintas formas:
- mitos mejicanos: Octavio Paz es un hombre preocupado por su tierra, con una visión amarga y nostáligica. Carlos Fuentes atribuye la capacidad creadora de Paz a ese arraigo espiritual de Méjico, que se verá sobre todo en el tratamiento de la naturaleza como belleza y horror a un tiempo; en los rasgos de tradición, rica en mitos o lecciones de de carácter espiritual; en la descripción de la evolución política, en pensamiento y en acción. Los temas que le preocupan son el humanitarismo y la liberación personal.
Octavio Paz se siente orgulloso de redescubrir estas mitologías, pero también siente indignación por las injusticias que a veces tienen la huella de la tradición precolombina. Por ejemplo, en "Entre la piedra y la flor" y en "Cántaro roto" de LIBERTAD BAJO PALABRA, encontramos bastante carga simbólica de los mitos precolombinos.
En "Piedra de sol", uno de los más completos en este sentido, recoge una gran carga simbólica del tratamiento de los mitos precolombinos. Hace un tratamiento de la mujer identificada con la Naturaleza y todas las divinidades precolombinas. Es un poema de amor que trasciende lo concreto para hablar de la divinidad y la Naturaleza.
Todo esto que venimos diciendo es para explicar la idea de que Octavio Paz va a defender la poesía como conocimiento y revelación, dando importancia a su función representativa, esto es, a la metáfora, a los símbolos, al mito...
OBRAS DE PAZ
Su primer libro, publicado en 1933, es LUNA SILVESTRE. En un primer momento, va a pasar desapercibido. Es un libro de juventud en el que aún no hay señas de su forma de escribir.
Una característica de Octavio Paz es que reordena, corrige con mucha frecuencia sus propios poemas. Es muy difícil encontrar versiones definitivas en LIBERTAD BAJO PALABRA, que está continuamente madurando y creciendo, incluso a partir de los 60.
Sus libros vanguardistas son muy densos. Alterna la cultura mítica y esa fusión de la que hemos hablado ya anteriormente. Encontramos SALAMANDRA, LADERA ESTE, BLANCO...En los 70, encontramos PASADO EN CLARO, VUELTA, ÁRBOL ADENTRO
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